Desde la Revolución, 1810, 1910, 2010. Doscientos años de héroes falsos, mentiras propagadas, dictaduras perfectas y democracias que están lejos de serlo (Dresser, 2011). México no es un país independiente. El ideal francés de “…igualdad y libertad, protección a la propiedad privada y el derecho al trabajo” (Robles, 1996) que nutrió la Guerra de Independencia en 1810 en el territorio de aquella entonces Nueva España, no se ha consumado en la actualidad.
Sí, es verdad que el inicio de esta guerra independentista nos trajo, hasta 1821, la liberación del dominio de la Corona Española, pero no así la reestructuración bajo los principios que la Francia revolucionaria hereda a los criollos. Pero la independencia de un país no es por decreto, debe existir una construcción social alrededor de este concepto. En el caso de México no es así; muy al contrario, sigue prevaleciendo la idea de saqueo proveniente de la colonia: “un territorio de rapiña” como la afirma; Montemayor, 2008.
Doscientos años de aspirar a la modernidad sin poder alcanzarla a plenitud y para todos. Siete décadas de justificar el Estado paternalista y el predominio del PRI, la estabilidad corporativa y el País de privilegios que creó. Y para magnificar nuestro mal, la complicidad de las “izquierdas”. Buen momento, entonces para examinar la herencia, los mitos compartidos, las ficciones fundacionales y el bagaje con el cual cargamos. Gran oportunidad para emprender un proceso de introspección crítica sobre nuestra identidad nacional. Para entender por qué no hemos construido un País más libre, más próspero, más justo dentro de los últimos siglos.
Explicaciones: Unos; la Conquista, la Colonia, el Porfiriato, la cercanía con E.U.A. la desigualdad recalcitrante, nacionalismo revolucionario, instalación de líderes autoritarios que prometen salvarnos de ellos mismos. Otros; esgrimen el argumento cultural –“Es un problema mental”, “es una cuestión de valores”, “es un asunto de cultura” y “así somos los mexicanos”.
En México ideas como el Estado de Derecho, la separación de Poderes, la Tolerancia, la Protección de las Libertades Básicas de Expresión, Asamblea y propiedad, NO forman parte del andamiaje cultural post-revolucionario. Y por ello tenemos elecciones “competitivas” que producen gobiernos ineficientes, corruptos, solipsistas, cleptocráticos, irresponsables, subordinados a poderes fácticos, incapaces de entender o promover el interés público.
En términos políticos, México es una democracia electoral; culturalmente sigue siendo un País iliberal. El mexicano tiene memoria de corto plazo, olvida su historia y teje alrededor de ella un misticismo que no le permite observar con detenimiento que el avance propuesto por la Guerra de Independencia no se ha consolidado por cerca de 200 años; que los ideales de libertad e igualdad se mantienen bajo formas simuladas, que la supuesta independencia no es más que dependencia. Termino con dos frases interesantes, las cuales obligan a pensar: Samuel Jhonson: “El Patriotismo es el último refugio de un bribón”. Mark Twain “El Patriotismo moderno, el único patriotismo verdadero es la lealtad a la nación todo el tiempo y la lealtad al gobierno, sólo cuando se la merece”.
El actuar ahora es fundamental, México no nos fue heredado por nuestros padres, nos ha sido prestado por nuestros hijos… ¡Que Viva México!.
M.V.Z. Oscar Carlock Rodriguez.
¿Existe realmente una Independencia de México y sus Mexicanos?
#CiudadanosInformados, #Gobierno #¡SalinaCruzOpina!
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